Es posible que a estas alturas ya tengas preparado todo para tu curso de música en verano.
Algo que llevas planificando con ilusión desde hace mucho tiempo.
Sé muy bien todo el trabajo que supone organizar un curso de música en verano.
Yo mismo lo he hecho durante siete años.
Trabajo que se materializó en un curso pionero y único en su género: Verano Musical

Un curso de música del que quiero contarte hoy todos sus entresijos y cómo gracias a Internet y las redes sociales fue un rotundo éxito.
De hecho, gracias a verano musical, me dedico también a este apasionante mundo de la comunicación y el marketing a través de Internet y las redes sociales.
Un verdadero banco de pruebas donde aprendí a organizar un curso de música en verano gracias a estos fabulosos canales de comunicación y emprendimiento.
Y como hago siempre desde mi blog, me gustaría compartir contigo lo que aprendí de esta gran experiencia.
Para que tú lleves tu proyecto, sea un curso de música, festival o concierto, todo lo lejos que quieras.
Tengo que decirte que el camino no fue fácil.
No sólo por el trabajo que supone organizar un curso de música en verano.
También por la cantidad de factores que hay que tener en cuenta para sacar adelante una iniciativa de este tipo.
Factores que te explico punto por punto en el artículo de esta semana.
Diseño del curso de música: el proyecto
Un curso de música en verano es como cualquier otro producto o servicio.
Sí, has leído bien.
Producto o servicio.
Y lo es porque hay que cumplir quizás la máxima más importante: la calidad del mismo.

Calidad que se ve reflejada en la localización, el profesorado y la logística.
Y por supuesto los alumnos.
De todos los niveles y edades.
En el caso del curso de música ¨Verano Musical¨ siempre buscamos aquellos lugares que se adaptaban a nuestro objetivo principal.
Acercar la música a todo el mundo a pie de calle.
Con calidad.
Pero también con calidez.
Pero el principal problema que se presenta para un proyecto de este tipo es por supuesto el económico.
En mi caso, siguiendo la tendencia del mundo global de Internet y las redes sociales, pensé en que el proyecto fuese colaborativo.
Sin ayudas públicas.
O lo que es lo mismo, sin hipotecas que comprometiesen la sinceridad del proyecto.
Subvencionado exclusivamente por las matrículas de los alumnos y la cesión de espacios para realizar el curso a nivel pedagógico.
Por eso entenderás que el papel de las redes sociales e Internet era fundamental.
No solo por su alcance.
Sino también por la cercanía que generábamos al usar estos canales a la hora de dar a conocer la idea y quiénes estábamos detrás de ella.
El presupuesto virtual de un curso de música en verano

En un curso de este tipo, la implicación de todos aquellos que colaboran en él, es fundamental-
Yo era consciente del valor incalculable de la aportación de cada uno de los miembros de la organización y el profesorado.
Algo fundamental a transmitir a través de Internet y las redes sociales.
Pero también del alumnado y sus familias.
Que confiaban en un proyecto virtual sin sedes fijas, pero con un alto nivel de calidad humana y musical.
Y esa fue la clave de su éxito.
La ausencia de motivación económica y una profunda convicción con los valores que queríamos transmitir.
El éxito del curso dependía de la cantidad de alumnos.
Y de ellos, el poder pagar todo lo que suponía el mismo.
Desde alojamientos, hasta viajes y trabajo de los profesores.
Por eso las redes sociales fueron un canal fundamental para dar entidad a un curso de música como Verano Musical.
Pero especialmente para ganarnos la confianza de todos los alumnos que querían aprender una forma nueva de hacer música.
Y esa sinceridad y cercanía era el motor y la idea a transmitir a través de Internet y las redes sociales.
Por eso funcionó.
El plan de marca y su desarrollo en Internet y redes sociales

Yo sé que, en el mundo de la música, vender es un verbo muy difícil de conjugar.
Más cuando se trata de venderse a uno mismo.
De alguna manera, nos da vergüenza e incluso hasta nos parece poco ético.
Pero el caso es que, queriendo o no, lo hacemos.
Y es algo que debe ocurrir.
Vendemos entradas.
Conciertos.
Festivales.
Servicios y clases.
¿Por qué no también un curso de música en verano gracias a Internet y las redes sociales?
En nuestro caso, era vital hacerlo.
Pero para vender en redes sociales, hay que saber hacerlo.
No se trata de poner un precio y pagar una serie de anuncios en los distintos canales sociales.

Hay que crear un plan de marca.
Una estrategia que te ayude a definir tu proyecto y a que se entienda sin ninguna duda.
Y te estoy hablando de todo.
Logo.
Color corporativo.
Tipo de letra.
Página web.
O el nombre del curso por poner algunos ejemplos.
Una vez que tengas definidos factores como público objetivo o segmentación del mismo, es cuando puedes empezar a comunicar tu idea.
Pero cuidado.
Comunicar es un acto bidireccional.
Y vender comunicando, debe serlo también.
Si no, tu curso de música en verano estará condenado a desaparecer.
Por bueno que sea el proyecto o tus intenciones.
Sin olvidar que la retroalimentación con tus clientes, tus alumnos, es crucial.
El futuro de un curso de música como Verano Musical
Hace tres años, decidí parar el proyecto en su mejor momento.
En esa última edición, tuvimos casi 100 alumnos de 6 nacionalidades distintas.

Diez profesores de toda Europa.
Y una deliciosa edición del encuentro MusicaySM con Christian Delgado von Eitzen.
Pero el éxito de un curso de música de este tipo reside en su independencia.
En la capacidad de sus organizadores de parar para descansar y buscar nuevas ideas.
Porque el trabajo que supone, como debes saber si organizas un curso de música en verano, es inagotable.
Tenlo en cuenta también si asistes a uno de ellos.
Pero un punto y seguido, no significa un punto y final.
Y menos en la era de Internet y las redes sociales.
Sobre todo porque la gran cantidad de ideas que afloran y sigo apuntando en mi cuaderno del proyecto.
Solo hace falta que se conjuguen una serie de factores.
Quizás instituciones.
A lo mejor sponsors.
O simplemente que se de una conversación espontánea que haga saltar una chispa.
Y en ese caso, el curso de música en verano volverá a caminar.
Aunque en realidad, nunca haya dejado de hacerlo.
Pero ten segura una cosa.
Si algún día continúa el proyecto, será gracias a Internet y las redes sociales.
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