
Hablar de música, marketing y redes sociales siempre fue el objetivo de mi blog personal.
En marzo del 2013, con más ilusión que conocimientos técnicos, me lancé al mundo desconocido e intrigante del blogging.

Escribiendo para ti y los que como tú estaban al otro lado de la pantalla.
Movido por la pasión de comunicar y aprender cada día algo nuevo.
En un sector donde entonces apenas existían blogs de músicos.
Y mucho menos de músicos que hablasen de música, marketing y redes sociales como solución a los problemas de un sector.

Recuerdo todavía la primera sensación al sentarme delante del ordenador para escribir mi primer artículo.
¿Qué contar?
¿Cómo?
¿A quién?
Aquel 1 de abril del 2013, me decidí por empezar compartiendo mis inquietudes sobre el proceso de aprendizaje en la música.
Error y aprendizaje, titulé aquel artículo.
Y ya le han seguido 286 posts en seis años.
Pero este primer artículo, de pocas palabras pero muy claras intenciones, ha marcado mi blog personal.

Porque para hablar de música, marketing y redes sociales desde la perspectiva de un músico profesional de primer nivel, requiere mucho más que eso.
Aprender.
Equivocarse.
Y seguir aprendiendo.
En contacto contigo y buscándote en tus necesidades y preguntas.
Un ranking de orquestas para un blog personal
A medida que los artículos iban surgiendo, cada vez tenía más claro el trabajo divulgativo que tenía por delante.

Un sector muy conservador dentro de la música se resistía a despertar y ver en el marketing y las rede sociales una oportunidad para cambiar desde dentro.
Especialmente cuando se me ocurrió, utilizando mis conocimientos en redes sociales para empresas, crear un ranking de orquestas en estos canales.
Eso supuso un terremoto.
Porque los mejores, en música, creen ser los mejores en todo.

Especialmente si reciben más dinero que los demás en forma de subvenciones y sponsors.
Pero en redes sociales, todos somos iguales.
O al menos todos podemos serlo.
Por eso era difícil de entender que uno de los suyos, o sea yo, hiciera un ranking de orquestas que no tuviera que ver con su calidad musical o su presupuesto.
Solo en su uso de redes sociales y su contacto con el público a través de ellas.
Sin embargo aquello supuso un revulsivo y una motivación para todo el sector.
Y en unos años, las redes sociales empezaron a cobrar importancia dentro del sector de la música orquestal.

También en los conservatorios.
Además de para muchos músicos emprendedores que empezaron a ver que música, marketing y redes sociales era una combinación interesante.
Pronto empezaron a surgir otros músicos que quisieron seguir mis pasos a través de este mundo por explorar.
Misión cumplida.
O más bien, una misión cumplida que nunca se acaba de terminar.
Porque el aprendizaje es constante.
Como en la música.
Siempre que se quiera seguir aprendiendo y compartiendo conocimientos.
Siendo ésta la clave de todo lo demás.
Música, marketing y redes sociales para todos
En este viaje que ya alcanza casi los 300 artículos, me han pasado muchas cosas.

Y todas se han visto reflejadas en el blog.
Porque escribir de manera sincera y personal, lleva a comportarse como uno mismo es en la realidad.
Con transparencia, honestidad y generosidad.
Tres ingredientes que llevan a conectar con todo aquél que esté dispuesto a acompañarte en ese viaje.
Tu viaje.
Vuestro viaje.
El nuestro.
Por eso puedo decirte que, echando la vista atrás, en estos seis años he conocido a gente maravillosa.
Del mundo de la música y también del mundo de las redes sociales y el marketing.

No puedo hacer una lista, porque seguro que me dejaría a alguien.
Pero desde el lector anónimo que te envía (o no) un email o deja un comentario.
Hasta los grandes profesionales que han acabado siendo más que amigos en la distancia, todos han tenido que ver con estos años de andadura.
Y sí, tienes razón.

Seis años escribiendo casi 300 artículos sobre música, marketing y redes sociales, son muchas horas de trabajo.
Duro a veces.
Siempre grato.
Por eso hoy es un día para seguir trabajando para ti.
Acercando dos mundos que me han conquistado.
Ayudando a conocerme más y a crecer como profesional y persona.
Generando ideas que me hacen soñar con seguir escribiendo muchos años más.
Pero solo si tú me dejas hacerlo.
¿Me acompañas?
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