Hay tres recuerdos que cambiaron mi vida y que jamás podré borrar de mi memoria.
El día en el que abrí por primera vez el estuche de mi violín, mi primer ensayo de orquesta y la primera vez que compartí mi música a través de una red social.
En los tres casos, estoy hablando de experiencias que han marcado no sólo mi vida y mi carrera profesional sino también mi visón y misión en el transcurso de los años.

La primera vez que abrí el estuche de mi violín, abría al mismo tiempo las puertas a una parte de mí que he aprendido a descubrir en todo aquel que me rodea: la creatividad.
Tan necesaria para resolver los problemas de nuestra sociedad.
Creatividad que tú también tienes aunque nunca hayas dado nunca ese paso y que la práctica de un instrumento musical, fomentaría sin ninguna duda.
No importa tu edad.
Tu condición social.
Ni que te haya dicho algún día alguien que no vales para ello.
Todos valemos.
Esa puerta, si no la has abierto todavía, es una puerta que te espera para que descubras qué hay detrás de ella.
La música y las redes sociales: tan lejos y tan cerca
Si además de decidirte a dar ese paso, descubres la maravillosa sensación de hacer música con otras personas al mismo tiempo, me entenderás.
Todo ello marcó mi vida y me hizo no solo descubrir un trabajo sino una auténtica pasión: tocar en orquesta.
O en cualquier grupo musical.
Al fin y al cabo, una orquesta, una banda, un cuarteto o cualquier combinación de instrumentos, nos sirve para comunicarnos.
Como hago también a través de las redes sociales.
De algún modo, la orquesta multicultural más grande jamás inventada.
La música y las redes sociales.
Esos mundos paralelos.
Opuestos a veces.
Pero tan cercanos.
Por eso ese tercer momento supone tanto para mí.
Porque la música es comunicación e interacción.
Internet y las redes sociales también.
Los que hemos hecho de esta pasión una forma de vida, hemos pasado por muchas dificultades para poder desarrollar estas habilidades y transformarlas en una profesión al más alto nivel.
Pero no te preocupes.
Tú sólo tienes que disfrutar.
Porque la música es para todos y los que nos dedicamos a ella tenemos la responsabilidad de hacértela llegar y explicártela para que la entiendas.
Es tuya.
Es nuestra.
Para tus hijos, nietos, amigos y vecinos.
Por eso el primer día que tuve la oportunidad de tocar en orquesta, supe que esa sensación era algo que tenía que ser experimentada por todos y cada uno de nosotros.
Sin restricciones de edad o nivel.
Porque tocar en orquesta es más que hacer música juntos.
Como lo es comunicar esa música a través de las redes sociales.
Trabajar en equipo, aprender a equivocarse o a respetar a los que te rodean, son entre otros muchos beneficios.
Claros ejemplo de lo que tocar en orquesta o interaccionar a través de las redes sociales significa.
Si de estas tres experiencias que te cuento, hay dos que no conoces todavía, te recomiendo que no te lo pienses y hagas lo posible para vivirlas.
No puedes imaginarte lo que se esconde detrás de esas puertas.
Y solo tú tienes la llave.
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