El mundo de la música clásica está inmerso en un momento de profundos cambios con los que intenta adaptarse a la evolución de la sociedad actual. El uso incipiente de los medios sociales en las políticas de marketing cultural es un claro ejemplo de esta tendencia. Aún así la sociedad evoluciona todavía más rápido que el sector de la música clásica y el uso que este hace de dichas estrategias de marketing 2.0.
La tecnología ha facilitado que la sociedad esté expuesta a una cantidad ingente de información, la cual es compartida y producida en gran parte por ella misma. De esta manera se ha pasado de una sociedad tecnológica consumidora de información a una sociedad del conocimiento productora y consumidora al mismo tiempo de contenidos, donde la participación de cada individuo en el proceso es fundamental. Por eso hoy en día podemos hablar de la existencia de una cibercultura o inteligencia colectiva que se sostiene y evoluciona principalmente a través y gracias a los social media.
La cultura y la educación siguen siendo pilares básicos de esta sociedad y la música es sin duda la espina dorsal que vertebra a todas ellas. Por eso es importante que el mundo de la música evolucione al menos tan rápido como la sociedad y siga siendo el núcleo que mantenga la relación entre la colectividad, la cultura y la educación. Y según mi opinión, el uso de los medios sociales de manera adecuada, es una herramienta indispensable para mantener dicha conexión.
En los tiempos donde compartir conocimientos es el motor de la nueva inteligencia colectiva social, no se puede usar los medios sociales simplemente para informar como se hacía con los medios tradicionales de comunicación hace un par de décadas. Los medios sociales son un reflejo más de la sociedad donde se busca interacción, donde se comparte conocimiento y se crean emociones. Sin embargo sigo constatando que en el sector de la música clásica, incluso cuando se produce interacción a través de las redes sociales entre por ejemplo las orquestas y su público, suele ser de manera unidireccional. Igual que cuando se pega un poster o se reparte un folleto. La monitorización de dichas acciones es prácticamente inexistente y el análisis de dicha información muy básico.
Facebook, Twitter, Google plus, Pinterest, etc . no han cambiado a la sociedad. Han venido a darle aquello que estaba buscando: ser dueña de su inteligencia colectiva y de sus emociones. El público tiene la razón y tiene todo el derecho a que se la demos. Por eso debemos cederle la palabra en los medios sociales y escuchar a través de ello todo lo que demandan (o no) a nuestro sector para evolucionar con ellos y para ellos.
La sociedad actual no quiere meterse en una sala de conciertos donde se reproduzcan protocolos centenarios y donde el contacto con el público se limite a repetir dichos protocolos en diferentes actividades con formatos tradicionales. Colocar a estos productos musicales etiquetas “novedosas” como “concierto educativo”, “pedagógico” o incluso “alternativo” ya no sirve y menos en la sociedad del conocimiento a través de los social media. Si el sector de la cultura, y más concretamente el de la música clásica no cumple las expectativas de la nueva sociedad evolucionada alrededor de los medios sociales, terminará por no ser indispensable para ella.
¿Y tú qué opinas al respecto? ¿crees que el mundo de la música está evolucionando junto a la sociedad en el uso de los medios sociales? ¿forma parte el sector de la música de la inteligencia emocional colectiva?.
Deja una respuesta