
Los teléfonos móviles en el mundo de la música se han convertido en una de nuestras herramientas imprescindibles.
No solo para el músico profesional.
También para el estudiante de música, personal docente e incluso para las propias organizaciones.
Si me lees desde hace algún tiempo, sabrás que siempre he defendido el uso de los teléfonos móviles en el mundo de la música.
Educando a nuestro público para así poder aumentar todavía más si cabe la conexión con el mismo.
Hoy en día no hace falta defender la necesidad del uso de los teléfonos inteligentes en el mundo de la música.
Pero estoy seguro de que te preguntarás como yo si seguimos haciendo un buen uso de estos dispositivos.
Yo creo que no.
Por eso hoy reflexiono sobre la importancia de crear protocolos de buenas prácticas que nos ayuden a sacar el mejor partido de estos dispositivos sin caer en su mal uso.
El profesional de la música y los teléfonos móviles
Como sabes, además de solista en la Nederlands Philharmonisch Orkest, soy profesor de práctica orquestal y emprendimiento en el Conservatorio de Amsterdam.
Trabajos que me hacen estar en contacto con la realidad del mundo de la música desde dos vertientes.
La interpretativa y la pedagógica.

Tengo la suerte de tener grandes profesionales como compañeros de trabajo.
Pero me preocupa el uso que se hace de los teléfonos móviles durante el trabajo.
En las orquestas es cada vez más habitual que los músicos tengan siempre a mano sus teléfonos móviles.
Resultando inevitable el comprobar de vez en cuando esos mensajes que llegan de manera incesante.
También notificaciones en redes sociales o noticias de última hora.

El resultado de esta hiperconexión es que la atención y la concentración disminuya inevitablemente.
Algo que también ocurre en muchas otras profesiones y que comienza a ser una lacra para casi cualquier sector.
También en el mundo de la música.
Pero esto no solo ocurre en las orquestas.
Hay profesores de música que están continuamente comprobando sus dispositivos inteligentes durante las clases.
Algo que evidentemente dificulta la concentración a la hora de dar clases y compartir nuestros conocimientos con los alumnos.
¿Por qué hemos llegado a este extremo?
¿Qué podemos hacer para evitar que los teléfonos móviles entorpezcan nuestra actividad profesional?
El tabú de hablar de nuestras adicciones en el mundo de la música
El uso compulsivo del teléfono móvil es un problema serio.
No poder desconectar durante el trabajo afecta también a tu productividad.
Pero además es un síntoma inequívoco de adicción.
En el mundo de la música nos cuesta mucho hablar de este problema.

Yo mismo encuentro difícil pedir a un compañero de trabajo que por favor a pague el móvil durante los ensayos.
Porque es algo a lo que todo el mundo cree que tiene es algo a lo que tiene derecho.
Muchas veces incluso en los primeros atriles de una orquesta, los más cercanos al director, los teléfonos móviles siguen conectados y llamando nuestra atención.
Compases de espera son utilizados para comprobar el correo, mandar un mensaje o leer las últimas noticias.
Pero también en las clases.
Profesores que comprueban sus últimos mensajes.
O alumnos que se comunican por WhatsApp o suben sus últimas historias en Instagram.

Estarás de acuerdo conmigo.
Esta no es la manera.
Y debemos hablar sobre ello.
Un teléfono inteligente es una herramienta fantástica para mejorar tu productividad.
También para tener al alcance de tu mano una fuente inagotable de recursos que harán de ti un mejor profesional o un estudiante que gestiona mejor su tiempo.
Pero solo si sabes usarlo en los momentos adecuados.
De lo contrario, no será nada más que un serio problema en tu desarrollo como profesional.
Buenas prácticas del uso de los teléfonos móviles en el mundo de la música
Yo nunca llevo el teléfono móvil encima en un ensayo.
En mis clases de conservatorio solo lo uso para consultar el metrónomo y las notificaciones de cualquier red las tengo siempre apagadas.
Y lo hago por respeto a mis compañeros, a mis alumnos y a mí mismo.
Pero aun así entiendo que, para cambiar esta situación, no solo vale con mi compromiso.

También necesito el tuyo y tu ayuda.
Para crear un manual de buenas prácticas que nos ayude a hacer de los teléfonos móviles una ayuda y no una amenaza para nuestro futuro.
A mí se me ocurren los siguientes puntos:
- El teléfono móvil es una herramienta de comunicación que debe usarse en los momentos en los que no estés trabajando o estudiando.
- Si necesitamos estar localizables para situaciones de emergencia, usar contestadores automáticos redirigiendo a teléfonos de secretarías o recepciones.
- No uses los teléfonos móviles para tomar notas durante las clases. La tentación de comprobar tu correo o redes es siempre grande.
- Acepta de manera amistosa cuando un compañero, profesor, o colega te pide que dejes de usar nuestro teléfono en momentos de trabajo, clases o estudio.
- Atrévete, siempre desde el respeto, a pedir a un compañero que no use su teléfono durante el trabajo.
- Usa tus pausas para algo más que para comprobar tu teléfono móvil. Incluso para descansar.
- Deja de vez en cuando tu teléfono móvil en casa. Tus relaciones personales lo agradecerán.
¿Qué añadirías tú a este manual?
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