Estarás de acuerdo conmigo.
Las redes sociales en la empresa son una realidad a la que los trabajadores y los directivos de la misma se enfrentan a diario.
Y esta realidad separa en muchos casos a ambos en lugar de unirlos por el bien común de la empresa.
Algo que se agrava alarmantemente en las empresas del sector cultural.
Mucho más si esas empresas son orquestas profesionales de música clásica.
Según un estudio realizado por la empresa Kaspersky Labs en el 2012, 3 de 4 empresas en España restringe el acceso de sus trabajadores a sites o aplicaciones de social networking desde los dispositivos de la compañía.
Esta restricción no sólo es por evitar problemas de seguridad. También para preservar la productividad del trabajador.
Si estás en Facebook no trabajas.
Yo no te pago para que pierdas el tiempo en las redes sociales, piensa el manager de turno.
Incluso a veces el propio trabajador se siente culpable por hacerlo. ¿Y si me pilla el jefe en Facebook mientras estoy trabajando?
Gran error.
Como indica el informe realizado por la Warwick Business School y cuyas conclusiones se publican en la revista Forbes.
Un trabajador poco productivo, no necesita las redes sociales para evadir sus responsabilidades. Será capaz de encontrar muchas otras “motivaciones” para hacerlo.
En primer lugar, las redes sociales son una herramienta de comunicación muy importante y no sólo para conectar con el público o con los clientes.
Es un medio fundamental para compartir conocimiento desde dentro de la empresa y para usar el mejor activo que tiene cualquier organización: su capital humano.
[Tweet “El mejor activo en redes sociales de una empresa, son sus trabajadores”]
En las empresas del sector cultural las nuevas tecnologías son todavía en muchos casos poco más que una quimera.
Y las redes sociales todavía no se ven como una oportunidad asequible y efectiva de marketing.
Menos aún el instruir a su trabajador para que se comporte como un verdadero Social Media Manager.
O hacer de él al menos un usario formado y consciente de su responsabilidad en la estrategia de difusión, marketing y comunicación corporativa.
Un empleado que habla bien en su entorno de la empresa en la que trabaja, es un trabajador motivado y comprometido con la misma. Y está dando una imagen fuerte y saludable de la marca. Teniendo además en cuenta, que esto refuerza el sentimiento corporativo del trabajador, orgulloso de poder recomendar a su empresa entre sus contactos.
Imagina que lo hace en redes sociales.
Eso es multiplicar el efecto difusor de la empresa en intenet y ayudar a reforzar y humanizar su imagen de cara a su público. Algo tan necesario en el sector cultural en estos tiempos de crisis.
¿Crees que se puede conseguir esto restringiendo el acceso de los trabajadores a las redes sociales?.
¿Persiguiéndole en las mismas?
¿Ignorándo el potencial de las redes?
No.
Definitivamente no.
Es más.
Esta es la mejor manera de perder una oportunidad única de dar a conocer la empresa a través de los empleados, haciendo de estos verdaderos embajadores de la marca.
La realidad de una orquesta como empresa cultural
Déjame empezar por algo que todavía es difícil de asimilar en el sector de las orquestas profesionales.
Una orquesta es una empresa.
Y el futuro del sector pasa por asimilar esto cuanto antes.
También los músicos.
Especialmente los músicos.
Podemos debatir sobre la necesidad que la sociedad tiene de la cultura y que por eso mismo debe ser subvencionada por los estados.
Pero sería engañarnos pensar que después de la crisis desatada en el 2008, todo volverá a ser como antes y una orquesta seguirá dependiendo exclusivamente de las ayudas oficiales.
Son muchas las orquestas y empresas culturales que han desaparecido ya porque los gobiernos han tenido que destinar sus partidas a otras necesidades más urgentes de la sociedad.
Y desgraciadamente no serán las últimas.
Por eso las orquestas, como el mundo de la cultura, tiene que recorrer ese camino cuanto antes: el futuro está en un modelo de empresa sostenible con sus trabajadores como principal activo.
También en redes sociales.
Para una orquesta o para una empresa cultural, crear sus propios recursos no será suficiente dentro de unos años.
Tiene que buscar ya la manera de hacerse imprescindible para una sociedad a la que sin quererlo hemos ido echando poco a poco de nuestros auditorios y salas.
Reinventarse.
[Tweet “El sector cultural puede reforzarse con ayuda de las redes sociales”]
Y hacerlo rápido porque el tiempo se acaba.
Las redes sociales son una herramienta asequible y necesaria para la búsqueda de nuevos públicos y oportunidades.
Para ello, el trabajador de una empresa del ámbito cultural es su mejor aliado.
Más todavía en una orquesta.
Donde el músico es trabajador y producto al mismo tiempo. Sin músico no hay ni música ni empresa. Y su público le necesita.
¿Te das cuenta del potencial?
La semana que viene te voy a dar hablar de las claves sobre cómo mejorar el la presencia en redes sociales dentro del sector cultural.
Más concretamente en el tipo de empresa cultural que considero perfecta para aplicar este modelo del que te hablo: una orquesta.
Pero como siempre me gustaría saber tu opinión.
¿Crees como yo que las redes sociales en la empresa, cultural o no, deben tener al trabajador como principal aliado?.
photo credit: conservativeparty via photopin cc
David, no me gusta tu artículo, porque contiene unas cuantas afirmaciones que me chirrían muchísimo. Por resumir mis argumentos :
-Tienes razón en que RRSS son una herramienta de marketing; especialmente efectiva cuando se trata de llegar al gran público (no tanto a determinados contactos profesionales específicos). Las empresas (incluidas las culturales) no pueden ignorar ese canal de comunicación.
-No tienes razón en que limitar el uso de las RRSS en el trabajo responda exclusivamente un supuesto desprecio al medio. Los trabajadores sí pueden perder el tiempo mientras están en RRSS. Particularmente en sus cuentas personales, que es lo que pareces sugerir. Las cuentas personales son, eso, personales. Y no es ni ético ni efectivo pretender que las mismas sean usadas para actividades de la empresa. Por cierto, si la construcción de una reputación, también online, es una actividad de la empresa. Si tu plan para construir imagen de empresa es que los empleados pasen tiempo de su trabajo en sus cuentas personales hablando bien de la empresa, creo que vas un poco desencaminado.
-Si se quiere un uso profesional de las RRSS, hay que empezar por la propia empresa: un plan, cuentas corporativas, unos objetivos y un profesional que lo gestione. Si quieres “un verdadero Social Media Manager”… nombra a uno, en lugar de pasarle una responsabilidad difusa, y sin resultados medibles, a toda la plantilla.
En definitiva, que estoy de acuerdo con tus premisas y tus objetivos. Para nada con tus medios.
Hola,
antes que nada gracias por tu comentario.
Voy por partes:
– En primer lugar, en ningún lugar de mi post digo que limitar el acceso a RRSS, signifique un desprecio del medio
– Tampoco que el uso de cuentas personales deba dirigirse para promocionar la empresa en redes sociales. De hecho hay empresas que crean perfiles corporativos para su uso dentro de la estrategia de la empresa en estos canales. Estoy de acuerdo contigo: las cuentas personales son personales. Aunque no hay que obviar que hay muchos trabajadores que indican en sus perfiles personales donde trabajan. Y algunos son despedidos por publicar en esos perfiles información que no agrada a la empresa. Un protocolo definido, les ayudaría a evitar mezclar ambos perfiles y ahorraría disgustos a todos.
– No he escrito que el trabajador deba conectarse a su perfil personal durante las horas de trabajo, aunque hay estudios que afirman que dejar que lo hagan les hace sentir mejor y aumenta su productividad.
– La construcción de una reputación, es sin duda responsabilidad de la empresa. Pero los trabajadores pueden contribuir consciente o inconscientemente a su evolución.
– No cabe duda que la premisa para tener una política en RRSS con tus trabajadores, es tener un plan, un equipo competente detrás (que sepa medir también la actividad de sus trabajadores) y directivos que quieran involucrar a su plantilla para mejorar los beneficios. Como ya hacen por cierto empresas como IBM o Philips, verdaderos referentes en este sentido.
Por cierto, me gusta poder dirigirme a la persona con la que hablo. ¿Serías tan amable la próxima vez de adjuntar tu nombre?.
Un saludo