Crees que no siempre puedes conseguir lo que te propones.
Y puede ser que ni siquiera te hayas atrevido a perseguir tus sueños.
Miedo al fracaso.
Desconfianza.
Falta de autoestima.
No importa la explicación que le des.
¿Pero sabes una cosa?
Es mucho más fácil de lo que piensas.
Porque solo necesitas dos cosas: tus recursos y la motivación adecuada.
Claro, entiendo que te sorprenda la simplicidad de esta fórmula.
Y comienza con decidirte a dar el primer paso.
Definir tu objetivo vital como primer paso
Llevo más de 25 años trabajando como músico profesional al más alto nivel.
Y desde los últimos 6 además acompaño a jóvenes talentos a conseguir su mejor versión en el mundo de la música.
Ahora incluso de la mano del coaching profesional.
Planteando objetivos ambiciosos.
Aunque alcanzables.
Si te soy sincero, te diré que he aprendido muchas cosas en todo este tiempo.
Pero la más importante es sin duda que si dejas que sean las circunstancias externas las que te hagan tomar las decisiones importantes para ti, nunca vas a conseguir lo que te propones.
¿Por qué?
Muy sencillo.
Porque creer en tus posibilidades no es una utopía y además tienes todo el derecho del mundo a hacerlo.
Sin complejos.
Sentirse vulnerable no es nada malo.
Yo también lo soy.
Y reconocer esto es dar el primer paso para crecer y ser más fuerte.
Desde ese lugar vas a ser quien tú quieras ser y te vas a permitir además serlo.
Por eso definir tu objetivo vital es el primer paso.
Te invito a hacerlo.
Aquello por lo que te levantas cada mañana.
Eso que está íntimamente relacionado con tu forma de ser y de entender el mundo.
Ese espacio te pertenece y siempre está disponible para ti.
En ese lugar siempre vas a encontrarte.
Obteniendo toda la fuerza que necesitas para conseguir lo que te propones.
Para ello hazte una simple pregunta:
¿Para qué me levanto cada mañana?
Cuando tengas la respuesta, vuelve a preguntarte para ella: ¿para qué?
Una vez que no puedas repetir la pregunta y se repita la respuesta, habrás encontrado tu objetivo vital.
Conseguir lo que te propones con tus propios recursos
Tu objetivo vital es posiblemente aquello por lo que serías capaz de dejar la vida que llevas ahora.
Si supieras que es posible.
Este es un buen indicador.
¿Lo harías?
Espera.
No hace falta.
Sencillamente porque para salir de tu zona de confort no es necesario que cambies radicalmente todo.
A veces los cambios pequeños son los más significativos.
Los que te van a llevar a conectar con tus recursos y te darán seguridad para alcanzar esos desafíos que se pierden en el horizonte de tus sueños.
Pero lo más importante es que vayas dando esos primeros pequeños pasos.
Definiendo objetivos alcanzables, realistas y motivadores.
Créeme.
Salir de esa zona cómoda en la que nada cambia y todo parece controlable, tiene un precio.
Lo sé por propia experiencia.
Y es un precio que tienes que pagar cada día y cuyos intereses se acumulan durante todo el tiempo que no tomes la iniciativa.
Muchas veces obviando todo aquello que puedes conseguir con tus propios recursos.
Conseguir lo que te propones es elegir dejar de pagar ese precio.
Moviéndote hacia ese lugar donde vas a ser quien tú quieres ser.
Momento a momento.
¿Qué necesitas para dar ese primer paso?
Mi historia personal
Si me lees desde hace tiempo, sabrás que ya que yo he salido muchas veces de esa zona de confort.
Aunque en realidad lo que he hecho es ampliarla.
Conociendo mucha gente nueva y maravillosa.
En persona y a través de las redes sociales
Blog, conferencias, conciertos, emprendimiento y coaching profesional.
Equivocándome muchas veces.
Celebrando contigo también esos otros pasos que sí me acercan a ser ese quien yo quiero ser.
Pasando por malos momentos, no lo niego.
¿Pero sabes? Merece la pena.
Porque la recompensa es inimaginable.
Y consiste en encontrarte.
Encontrarnos.
Compartir y seguir creciendo.
En un camino en el que te quiero invitar a que me acompañes.
Hagas lo que hagas.
Seas lo que seas.
Sin preocuparte donde llegaremos.
Porque el objetivo es el seguir siempre caminando.
¿Caminamos juntos?
Deja una respuesta