El verano del 2015, lo recordaré siempre como uno de los veranos más especiales e intensos de los últimos años.
Hace unos días fue culpa de Pamplona y la Academia Sarasate.
Pero ahora no puedo dejar de contarte la que ha sido otra experiencia fantástica a nivel musical con la Joven Orquesta Nacional de España.
Musical y también a nivel de redes sociales.
Si no eres músico, quizás no sepas que en España existe una orquesta de jóvenes que es la decana de las orquestas de jóvenes en nuestro país.
Un lugar de encuentro y selección donde yo mismo aprendí a tocar en orquesta en unos años donde Internet a penas se usaba en alguna oficina.
Hace ya más de 20 años de esto.
Sin embargo cada vez que vuelvo, ahora como profesor, siento la misma energía que compartía entonces con mis compañeros.
Una ilusión incontenible por hacer música y aprender cosas nuevas de la mano de todos los que nos encontrábamos allí.
Profesores y alumnos.
La gran diferencia es que hoy en día internet está en nuestras vidas para hacer que esas ganas de compartir no se queden sólo el círculo físico que tenemos más cerca.
Ahora somos capaces de difundir a los cuatro vientos nuestro amor por la música compartiendo a través de las redes sociales momentos especiales de los que quisiéramos hacer participar a todo el mundo.
Entre el 11 y 15 de julio, he vuelto a revivir esa pasión en la Joven Orquesta Nacional de España.
Compartiendo el amor de la música de un grupo de jóvenes con talento para crecer juntos en el difícil mundo musical del siglo XXI.
Y la experiencia ha sido simplemente grandiosa.
No sólo porque hemos hecho música y hemos hablado de todo aquello de lo que nadie se atreve a hablar en nuestra profesión.
Miedos, tabús y otras limitaciones derivadas de muchos años de oscuro y en algún caso interesado silencio.
Pero también ocurrió algo muy especial.
Resulta que además, yo ahora tengo un blog y las redes sociales se han convertido en unas aliadas fantásticas para hablar de manera transparente de todo ello.
Es maravillosos cuando, después de unas sesiones increíbles de música compartida con estos maravillosos alumnos, y al preguntar si querían que aprovechásemos el tiempo que nos sobraba de ensayos de alguna otra manera, alguien dijo:
¨David, ¿cómo nos tenemos que promocionar en redes sociales?¨
Simplemente delicioso.
Chicos jóvenes con ganas de comerse el mundo y ponerse la música por montera, interesados en mejorar de manera sincera su presencia en las redes.
El hecho de que la pregunta fuese tan directa, me conmovió.
Yo tenía pensado hablar del miedo escénico, dar un par de ejercicios de concentración o incluso aconsejar un par de lecturas sobre práctica orquestal que a mí me han ayudado mucho a llegar donde estoy.
Pero querían saber más.
Mucho más.
Necesitaban escuchar de un músico como ellos, que el uso profesional de las redes sociales no es una pérdida de tiempo, sino que además es una asignatura pendiente en la formación de nuestros jóvenes músicos.
Y fue así cómo surgió mi primera charla improvisada sobre música y redes sociales.
A penas sin medios para proyectarlas, eché mano de alguna de las presentaciones que he usado en el Conservatorio de Amsterdam en las clases sobre branding para músicos, y empecé a contarles en poco más de 1 hora, aquello que me pareció imprescindible que supieran.
Algo que puedo resumirte de manera muy sencilla.
Internet es una oportunidad para los músicos y las redes sociales son una de las mejores herramientas para aprovechar este potencial, pero sin una estrategia y sin un mínimo de formación, cualquier intento puede quedar en una simple pérdida de tiempo.
Después de la que ha supuesto mi primera charla improvisada sobre redes sociales para músicos, tengo que confesarte algo.
Posiblemente ha sido la mejor charla que he dado nunca.
¿Sabes por qué?
Porque delante de mí, se encontraba una nueva generación de músicos que compartían sus inquietudes conmigo y lo hacían, como hice yo durante esos maravillosos días, de manera abierta y sincera.
Algo que, al igual que los ensayos que hicimos juntos, no olvidaré ya nunca más en mi vida.
Otra fuente más de inspiración para seguir desarrollando proyectos diferentes.
Deja una respuesta