Leyendo algunos de mis blogs favoritos, me he encontrado hoy un post de Eva Represa sobre el marketing de las artes que me ha gustado especialmente y por eso quiero hablar de él. El artículo aparece en el blog de Territorio Creativo.
El artículo comienza hablando de lo lejos que se percibe el mundo del marketing del mundo del arte, siendo dos mundos que se llegan a mirar “por encima del hombro”. Yo pienso que esta afirmación es totalmente cierta por desconocimiento mutuo y porque todavía en ambos sectores no se está explotando todo aquello que complementa a ambos.
Incluso me atrevería a afirmar que los orígenes del arte como medio de expresión fueron en sí mismo los orígenes del marketing. Desde el momento que un ser humano intentó adueñarse de la naturaleza plasmándola en las paredes de una cueva, se creó la primera campaña de marketing, pretendiendo convencer a sus semejantes a través de la creatividad del artista.
¿Y qué hace que el mundo del marketing sea tan cercano al mundo de las artes y viceversa? Para empezar la pasión que es necesaria para emocionar al público objetivo a través de una buena campaña de marketing, es comparable a la que necesita el artista para emocionar a su público. Tanto si este se sienta en una sala a escuchar a una orquesta como si se encuentra delante de un cuadro donde el autor pretende emocionarle y transmitirle su mensaje.
Po otro lado en ambos la creatividad en el arte como en el marketing es fundamental y es el hilo conductor que facilita la transmisión de ideas. Tanto una persona que se dedica al marketing como un artista, deben usar su creatividad para poder expresar y llegar (o convencer) a su público. De esta manera se buscan las fronteras de la imaginación para ofrecer al público nuevos estímulos que favorezcan los objetivos de ambos mundos. La creatividad potencia la capacidad de emocionar y la emoción hace que el público asimile el mensaje de manera más clara e intensa que a través de la razón.
El proceso creativo en ambos mundos tiene otro componente común que no debe convertirse por su importancia en objetivo: la calidad. Es cierto que la competencia y lo estándares internacionales han hecho que la exigencia cualitativa sea extrema, pero no cabe duda que tanto el mundo del marketing como el de las artes buscan la calidad por encima de todo antes de conectar con el público.
Por todo esto creo que ambos mundos son complementarios y deberían apoyarse el uno en el otro, sin olvidar que la sociedad demanda cercanía incluso por encima de la calidad. Por eso la calidad en la música como en el arte no es suficiente si no va acompañada de pasión, creatividad y emoción.
Usemos el marketing en el mundo del arte para acercarnos a la sociedad y para entender cómo conectar con ella. Y el mundo del marketing podría mirarse más en el mundo del arte para conseguir el impacto social que pretende.
¿Piensas tú también que se trata de dos mundos complementarios que tiene mucho que compartir?
Foto: By Rameessos (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons
Buenísimo artículo, David. Me ha encantado. Has arrojado algunas reflexiones que me parecen de muchísimo valor, como el de que los orígenes del arte fueron los mismos que los del marketing. ¡Muchísimas gracias! Me alegro muchísimo de que te haya inspirado este fantástico post, y sobre todo me alegro también mucho de que mucha gente ha salido “como setas” en el blog que defiende la misma visión que tenemos tú y yo.
El primer paso para que el marketing y las artes en nuestro país se empiecen a llevar bien es hablar de ello. Así que ojalá vayamos prendiendo mechas 😉
Muchas gracias Eva. Enhorabuena igualmente por el tuyo. Esta es la magia y la fuerza del mundo 2.0, que pone en contacto a gente con los mismo intereses y que estoy convencido que ayuda a cambiar el mundo. Me gusta que la idea de ir prendiendo mechas de ilusión y de cambio para una sociedad que está tan necesitada de nuevos valores e impulsos. Y nosotros sabemos manejar dos de las armas más poderosas que existen: el arte y el marketing. ¡Cuenta conmigo! 😉